CUARTA ENTREGA
A 160 años de la creación de la estación del Ferrocarril y del Pueblo de General Rodríguez.
Dr. BERNARDO DE IRIGOYEN. FUNDACIÓN LA CHOZA
Don Fermín Irigoyen tenía 1000 hectáreas de campo por estos lugares en los que nunca desarrollo actividad alguna, “SAN FERMÍN”. Al fallecer las tierras fueron heredadas por don Bernardo y sus dos hermanos, Fermín y Luis.
Un año llevó acomodar el campo y las viviendas; con la ayuda de don Juan de la Cruz Casas, don Gabino Álvarez y un puñado de peones levantaron cuatro ranchos precarios con paredes de adobe y techos de paja, puertas de madera rústica y pisos de tierra alisada.
A fin de comenzar su emprendimiento visita a un viejo amigo de su padre, Eduardo Lumb, un fuerte comerciante inglés radicado en Argentina a quien le comenta su proyecto y le solicita un préstamo de cinco mil pesos, dinero suficiente para completar las mejoras del campo y la compra de cuatro mil cabezas de ganado ovino al Dr. Marcos Paz, quien se comprometía a enviarlas desde Lobos.
Don Bernardo se inspira en el nombre LA CHOZA por aquel rancho solitario y en ruinas que encontró a su llegada, donde será el lugar de su residencia y mantendrá el nombre SAN FERMÍN para la cría de ganado.
Con el paso de los años las 1000 hectáreas de campo se transformarán en 7000, más de 100 personas trabajarán en ellas. Después llegarán las plantaciones de frutales, la quinta de verduras y los sembrados con distintas semillas probando su adaptación al lugar.
José Bianco en su libro comenta que era común que se presentaran en la estancia personas a solicitar empleo y nunca eran rechazados, siempre había algún trabajo para ofrecer.
Los días sábados era habitual que doña Carmen, su esposa, repartiera entre sus empleados frutas y verduras para ayudar a las familias trabajadoras.
Durante diez años el Dr. Irigoyen vivió en forma permanente en la estancia junto a su familia, y el crecimiento de la actividad agropecuaria hará que deba contratar cada vez más personal siendo su principal colaborador y administrador don Abrahán Zalazar un hombre proveniente de Córdoba.
El progreso no tardó en hacerse presente, hacia 1857 trajo de Inglaterra los primeros vacunos Durham y carneros Lincoln y logrará formar una existencia de más de doscientos animales puros.
Así continuaba la vida sana y tranquila en la estancia; don Bernardo era gustoso de realizar paseos solitarios entre árboles meditando sobre los grandes problemas nacionales que tanto le preocupaban y que solía compartir sus charlas con las visitas de amigos y camaradas como don Carlos Pellegrini, Bartolomé Mitre, don Domingo F. Sarmiento y Julio A. Roca.
Con el paso de los años volverá a su casa de la calle Florida, pero igual pasará largas temporadas en la estancia donde venía a pensar la política y a darse “sus baños de silencio”.
Colaboración en la redacción del texto de nuestra asociada Sra. Teresa Otero.